Trabajador responsable - Eduardo López Pumarega

 Ahora le toca a usted - le dijo su jefe- Tranquilo. Ya les expliqué que es mi mejor empleado. Kiunel caminó hasta la sala  de reuniones, golpeó la puerta y esperó.

-Pase -dijo una voz. Kiunel entró y vio a dos inspectores de policía, uno joven y otro viejo, sentados frente a una mesa. 

-Cierre la puerta y siéntese -dijo el más viejo.

-Nombre y apellido -preguntó el más joven.

-Pablo Kiunel.

-¿Cuál es su función en el Registro Nacional de las Personas?

-Trabajo en la sección de Accidentes -dijo.

-Explíquese. 

-Debo analizar las fotografías de siniestros ocurridos en la vía pública e ingresar los datos de los involucrados, incluso de los testigos, Cuando existen cuerpos no identificados comparo los datos recibidos con los de nuestra base de datos.

-Tarea dura- dijo el oficial viejo

-Con el tiempo me fui acostumbrando -acotó Kiunel, y tomó la jarra de agua que había en un costado de la mesa. Llenó el vaso, bebió el agua y lo dejó cerca de la jarra. Miró el vaso y con el índice de la mano derecha lo alineó con la jarra.

-¿Que hizo el martes por la noche? -preguntó el oficial joven.

-Tomé el subte y como de costumbre fui a mi departamento -respondió, tamborileó sobre la mesa y agregó: -Casi lo olvidaba, al salir tuve que desviarme por un trámite. Ese día fue terrible.

-¿Qué ocurrió?

-Es un tema personal -dijo, y bajó la cabeza.

El viejo frunció el ceño y dijo:"Conteste". Los ojos de Kuinel se humedecieron.

-Disculpe pero hay días en que se hace difícil concentrarse en el trabajo. Suceden cosas que los trastocan todo.

-¿Que sucedió?

-El martes al levantarme encontré en el pasillo de mi departamento a mi gato muerto. Era de mi madre. Desde que ella murió, hace seis años, era mi única compañía. Cuando lo encontré en medio del pasillo...

-Volvamos al tema que nos interesa -interrumpió el oficial viejo y mirando a su compañero le dijo: -Muéstrale la foto.

Kiunel se pasó las manos por la cara, los ojos parecían opacos otra vez. El oficial sacó una fotografía de un sobre y se la dio al empleado.

-Los registros telefónicos indican que el martes esa mujer recibió una llamada desde aquí. ¿La conoce? -preguntó el oficial viejo.

-La vi solo una vez -dijo Kiunel 

-¿Usted hizo esa llamada? 

-Si.

-¿Por qué la llamó?

- Quería hablarle de un error. Intenté explicárselo por teléfono pero creyó que le estaba haciendo una broma y me cortó.

-Continúe -dijo el oficial viejo.

- Estaba ingresando los datos de un accidente. En una foto de un diario se veía a un reportero entrevistando a esa mujer frente a la escena. Estaba aturdido, hacía sólo tres horas que había encontrado a mi gato muerto y al ingresar los datos de esa mujer cometí, por primera vez en mi vida, un error: Cuando tomé conciencia la llamé.

- Explíquese.

- El error debía ser corregido. El sistema no permite rectificar un dato ya validado y la única manera de solucionarlo es a través de una presentación del interesado. Esa noche salí del trabajo y aunque no me gusta alterar mi rutina fui hasta su domicilio. Toqué el portero eléctrico y nadie contestó. La esperé. Cuando llegó intenté explicarle que por un error la había declarado muerta. Pero ella no quería escucharme. Y al ver su rostro iluminado por los faros de un automóvil que se acercaba comprendí que era inútil esperar que ella corrigiera el error y la empujé -hizo una pausa corta y preguntó -:¿Ahora que ya está todo claro puedo regresar a mi oficina? Mi trabajo se debe estar acumulando. 


* produccion microrelato Yamila Scala del diario perfil domingo 15 de agosto de 2010

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