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Mostrando entradas de septiembre, 2023

Amigos por el viento - Liliana Bodoc

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  A veces, la vida se comporta como el viento: desordena y arrasa. Algo susurra, pero no se le entiende. A su paso todo peligra; hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo. O las costumbres cotidianas.  Cuando la vida se comporta de ese modo, se nos ensucian los ojos con los que vemos. Es decir, los verdaderos ojos. A nuestro lado, pasan papeles escritos con una letra que creemos reconocer. EI cielo se mueve más rápido que las horas. Y lo peor es que nadie sabe si, alguna vez, regresara la calma.  Así ocurrió el día que papá se fue de casa. La vida se nos transformó en viento casi sin dar aviso. Recuerdo la puerta que se cerró detrás de su sombra y sus valijas. También puedo recordar la ropa reseca sacudiéndose al sol mientras mamá cerraba las ventanas para que, adentro y adentro, algo quedara en su sitio.  - Le dije a Ricardo que viniera con su hijo. ¿Qué te parece?  -Me parece bien -mentí. Mamá dejó de pulir la bandeja, y me miró:  - No me lo estás diciendo muy conven

El jardín encantado - Ítalo Calvino

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Jardín de la cabaña - Gustave Klimt Giovannino y Serenella caminaban por las vías del tren. Abajo había un mar todo escamas azul oscuro azul claro; arriba un cielo apenas estriado de nubes blancas. Los rieles eran relucientes y quemaban. Por las vías se caminaba bien y se podía jugar de muchas maneras: mantener el equilibrio, él sobre un riel y ella sobre el otro, y avanzar tomados de la mano. O bien saltar de un durmiente a otro sin apoyar nunca el pie en las piedras. Giovannino y Serenella habían estado cazando cangrejos y ahora habían decidido explorar las vías, incluso dentro del túnel. Jugar con Serenella daba gusto porque no era como las otras niñas, que siempre tienen miedo y se echan a llorar por cualquier cosa. Cuando Giovannino decía: “Vamos allá”, Serenella lo seguía siempre sin discutir. ¡Deng! Sobresaltados miraron hacia arriba. Era el disco de un poste de señales que se había movido. Parecía una cigüeña de hierro que hubiera cerrado bruscamente el pico. Se quedaron un mom

Cuando en Milán llovieron sombreros - Gianni Rodari

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Una mañana en Milán , el señor Bianchini se dirigía al banco. Era un día  precioso. En el cielo azul celeste, no había una nube que tapara el sol, que brillaba de manera increíble en el mes de noviembre. El señor Bianchini estaba contento y al andar con paso ligero canturreaba para sus adentros: "pero que día  tan bonito es bonito de verdad ay que día  tan bonito en un noviembre  inusuaaaaallllll” ….. Pero de repente, el señor Bianchini se quedó duro y mudo. Se olvidó de cantar, se olvidó de andar, se quedó como estatua con la boca abierta mirando al cielo de tal forma, que otro señor que por allí pasaba, se lo llevó por delante y muy enojado le dijo: —     Ehhh usted, ¿se dedica a contemplar la nubes? ¿por qué no mira por donde camina? —     Pero si no ando, estoy quieto…mire (señalando el cielo) —     ¿mirar que? Yo voy muy apurado, no puedo mirar ehhh ohhh ahhhh uhhhhh —     Lo ve, ¿que le parece? —     Que son sombreros En efecto, del cielo azul celeste caía una lluvia de som

Historia de los dos que soñaron - Jorge Luis Borges

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  El historiador arábigo El Ixaquí refiere este suceso: «Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme), que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro y le dijo: “Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla”. A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de las naves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por el decreto de Dios Todopoderoso, una pandilla de ladron