Leyenda - Anónima
Dicen que dicen.... cuentan que contaron...que en el principio de los principios...
La noche y el día siempre anduvieron separados, uno después de otro, porque donde está la noche no puede estar el día al mismo tiempo.
Cuentan que una vez, el día llego a un lugar y se quedó mucho tiempo. Como el día no se movía, la noche tampoco podía avanzar. Cansada de esperar, la noche decidió averiguar y para esto necesitó de alguien que fuera a preguntarle al día que le pasaba. Entonces, tomó un pedazo de su oscuridad y formó un ave negra, muy negra.
El gran ave alzó vuelo, cruzo toda la extension de la noche. De repente, divisó a lo lejos un resplandor de luz. Era el día. Apenas el día notó que el ave negra, mensajera de la noche, lo buscaba, comenzó a caminar.
El ave negra quedó nuevamente dentro de la oscuridad de la noche, pero ya había recibido los primeros rayos de la luz del día en su cuello y notó que sus plumas, tan negras antes, se habían vuelto blancas formando un collar alrededor de su cuello. Tanto le gustaron sus plumas blancas, que ya no regresó a la noche. Se fue detrás del día buscando siempre su luz porque quería teñirse todo de blanco.
Por eso mismo se fue a las montañas, junto a las nieves, más ya no pudo cambiar de color.
Dicen que esa ave negra es el cóndor, y que desde ese entonces, teine su collar de plumas blancas.
* Del libro Cuentos para los chicos de América