Una broma sin importancia - Antón Chéjov
Es un claro mediodía de invierno…El frío aprieta y a Nádienka, que va del brazo conmigo, se le cubren de plateada escarcha los ricitos de las sienes y el vello que sombrea su labio. Estamos en una alta pendiente. Desde el sitio en que nos encontramos hasta el pie de la cuesta se extiende una lisa superficie de nieve apisonada en la que el sol brilla como si fuera un espejo. Junto a nosotros hay un pequeño trineo forrado de paño de un color rojo vivo. -Vamos a bajar, Nádienka Petrovna- le pido. Solo una vez. Le aseguro que NO le pasará NADA. Pero Nádienka tiene MIEDO.Todo el espacio que se extiende desde sus diminutos chanclos hasta el fin de la montaña de hielo se le figura ser un abismo TERRIBLE y sin fondo. Pierde el ánimo y la respiración se le corta al mirar hacia abajo, cuando la invito a montar en el trineo; ¿qué ocurrirá, pues, si se arriesga a VOLAR sobre el abismo? Morirá, perderá la razón. -Se lo suplico -digo yo-. No tenga miedo. Eso es propio de gente de poco espíri