El Ruiseñor - Hans Christian Andersen
El ruiseñor Hans Christian Andersen La historia que vamos a contar sucedió hace muchísimos años. Razón de más para contarla, porque de otro modo, con todo ese polvo de tiempo encima, nadie la recordaría, y es mejor que no se olvide nunca. Han de saber que el emperador de la China es un señor chino que vive rodeado de chinos. El de nuestro cuento, habitaba en el más hermoso de los palacios, todo hecho de finísima porcelana blanca y rodeado de un jardín donde florecían las plantas más extrañas. El jardín era tan grande, que ni siquiera el jardinero estaba seguro de saber adonde terminaba. Si alguien del palacio se animaba a caminar lo suficiente, podía encontrarse con lagos enormes, y todavía un poco más lejos, con grandes bosques que llegaban hasta el mar. Por aquel mar navegaban algunos barcos y sus afortunados pasajeros alcanzaban a ver desde la borda las orillas del jardín del emperador. En uno de esos árboles del bosque, vivía un ruiseñor. Cantaba tan maravillosamente que hasta los