Todo lo que asciende tiene que converger - Flannery O'Connor
La imagen muestra como, hace tiempo, la segregación racial en Estados Unidos relegaba a la gente que no era blanca a la última fila de asientos en los autobuses — (© UP/Corbis/Bettman) El médico había dicho a la madre de Julian que tenía que adelgazar diez kilos porque estaba alta de presión, así que los miércoles por la noche Julian tenía que llevarla en autobús al centro de la ciudad para que asistiera a su clase de adelgazamiento. La clase de adelgazamiento estaba destinada a mujeres mayores de cincuenta años que trabajaban y cuyo peso oscilaba entre los ochenta y los cien kilos. Su madre era de las más delgadas, pero le explicó que las señoras no revelaban su edad ni su peso. No estaba dispuesta a ir sola en autobús de noche desde que se admitía a los negros y, como la clase de adelgazamiento constituía uno de sus pocos placeres, era necesaria para su salud y gratis, dijo que lo menos que podía hacer Julian era llevarla, si se consideraba todo lo que ella había hecho